Se rompio la copa


















Se le cayó la Copa
Es para llorar. La “U” fue eliminado de la Libertadores cuando tenía todo a favor para clasificar












Los Cuervos, le sacaron los ojos, las tripas y hasta el alma a la ilusión crema. Porque por jugar para no perder, Universitario ante San Lorenzo se olvidó de ganar, rifó su suerte al destino, creyendo que todas sus fichas ya estaban jugadas a su favor... ¡Ay, Juan Máximo, cómo te equivocaste!

Apostó a empatar y guardó en el banco al único hombre capaz de darle lucidez al ímpetu crema, Nolberto Solano. Prefirió la vorágine de Miguel Torres, generoso para pelear con Voboril y Botinellli, pero con nadie para hacer una pared.

Lejos del juego organizado, con pelota jugada para manejar las angustias del equipo del Cholo Simeone, que ni siquiera hinchas tuvo, porque anoche en el Nuevo Gasómetro, con el aliento de la Comunidad Crema, Universitario más que nunca jugó de local.

Y si no vimos a Ñol, nos sorprendimos con Piero Alva. El Zorro que venía de una lesión, que llegó antes que el equipo a Buenos Aires para hacerse una terapia y poder jugar, que jugó, pero no tuvo fútbol y ni siquiera fortuna, en la última jugada, para conseguir el descuento merengue.

Cría cuervos y te sacarán los ojos, dicen. Por eso a los 20', de tanto reclamarle goles a Calheira, el brasileño hizo un autogol tras horrorosa salida del arquero Raúl Fernández, retando nuevamente su suerte al destino.

Al borde del nocaut, los santos no dejaron reaccionar a su víctima. Cuatro minutos después, Alva falla en un rechazo y Salvador Reynoso coge el rebote para dársela a Gómez que emprende la carrera. Sale Raúl, la toca al palo izquierdo y de ahí en más ya no dependía sólo de la U, sino de San Luis que jugó con todo su última esperanza y ganó lo suyo por puesta de mano.

Desesperado por el marcador, Reynoso lanzó a Solano para que le cambie la cara, mientras que Simeone hizo ingresar a Rivero y Bergessio, sus titulares, para equilibrar a su equipo B.

Así las cosas, Torres insistió en sus carrerones interminables. Pero no tuvo compañía. En tanto, a miles de kilómetros, en Asunción, Patiño de San Luis clavó a Libertad. No había dramas, las matemáticas todavía seguían siendo cremas.

Sin embargo lo peor estaba por venir. Solano intenta dar un pase a Perillo de derecha, hace el esfuerzo pero sus músculos ya no dan más, acusó el desgarro y el gesto de dolor marcó su salida.

Al filo de la navaja, Universitario intentó asegurar. Alva metió el cabezazo, Bianchi rechazó pero el balón quedó para Perillo que remató al arco, Botinelli puso el pie y habilitó a Piero que quedó frente al arco. El arquero intentó bloquear, el Zorro insistió y la pelota pasó que la linea, empero el juez chileno Osses, en grosero error, invalidó el tanto por supuesta posición adelantada.

Y entonces el orgulloso de Reynoso se tomó la cabeza con las manos, maldiciendo su suerte, sin imaginar que un minuto después llegaría lo peor. Cabezazo de Reyes de San Luis a Libertad y adiós clasificación.

Buenos Aires, Argentina

JESÚS MESTAS

Enviado especial

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